Tendemos a creer que los países bálticos son un poco todos lo mismo; no podríamos estar más equivocados. Estonia es culturalmente finlandesa, Lituania es cien por cien eslava y Letonia —técnicamente, eslava también— es una mezcla de ambas culturas. Su capital, Riga, es una joyita oculta que te alegrarás de visitar: sucentro histórico está lleno de edificios art-nouveau, hay unacultura artística y alternativa
que hace que todo esté plagado de
galerías de arte y tiendecitas de diseñadores locales, y unMuseo de la Ocupación Soviéticatan fascinante que olvidarás que estás solo enseguida.